jueves, 3 de diciembre de 2009

Educando a Gabi


Este blog no sólo hace reír. También informa. Yo, por ejemplo, me anoticié recién, mirando el ángulo superior derecho de la pantalla (donde los arqueros no llegan) de que faltan menos de 100 días para el nacimiento de mi hija. Y, con la cuenta regresiva avanzando rápidamente, llegó el momento de establecer algunos conceptos sobre la educación que va a recibir la niña.

La primera decisión es que no se le pincharán las orejas para que use aritos

Si quiere, cuando sea grande, que se someta al dolor en forma consciente. Lo mismo con las vacunas. Si a los 10 años me dice "papá, quiero estar a salvo de la polio", vamos a que se aplique la BCG con todo gusto. Y si me dice que para eso deberían darle la Sabín, que respete a su padre, caramba. Sin respeto, esta sociedad se va al tacho.



Un tema espinoso: el equipo de fútbol

En este punto, a diferencia del anterior, la nena no tiene nada que decidir. La primera condición es que debe aborrecer al club que fue expulsado de Villa Crespo en 1944 y que actualmente tiene su estadio en San Martín (más pistas: empieza con C y jugó en la "C"). Y si a los 15 años aparece con un novio de ese equipo, puede ir armando la valija... Y lo mismo si el novio es de otro club, ¿que tiene que andar noviando a los 15?


Después, la madre es de Boca pero puede estar mirando Utilísima en plena final de la Copa Libertadores. El padre (estoy hablando de mí, creo) simpatiza con River, aunque es de público conocimiento que Atlanta tiene un lugar más importante.

Gabi, desde adentro de la panza, debutó en la cancha en una caída del equipo Bohemio contra Villa San Carlos. Cuando la creíamos perdida, un par de meses después, revirtió la tendencia. Ya con los ojos abiertos para percibir la luz que emana el "Mágico" González con la 10 en la espalda, vio al equipo jugar sorprendentemente bien (con Atlanta, estas dos palabras siempre van unidas) y derrotar a Armenio por 3 a 0. No la voy a obligar a nada, pero uno de sus primeros atuendos ya está listo.







Igual, nada de que entre a la cancha en brazos de un jugador. En todo caso, que la lleve Llinás, que es el arquero y se supone que debería agarrarla con seguridad, como si fuera un ollazo en el minuto 90. Bah... mejor no arriesgar.


La famosa estimulación
Hay padres que les hacen oír a Mozart a los bebés desde que están adentro de la panza. Supuestamente, así salen más inteligentes y no se dedican al periodismo deportivo. Con mi mujer, estamos a favor de que escuche música desde ahora, pero con temática infantil. Silvio Rodríguez, Serrat... Y esa de Drexler que habla claramente de la nena que llora pidiendo la mamadera. La que dice "tanta lágrima, tanta lágrima, y yo soy un vaso vacío. Oigo una voz que me llama, casi un suspiro: mema, mema, mema...".
Hay otras formas de estimulación un poco más polémicas, con efedrina y esas cosas, pero yo no coincido.



Esto por ahora. Pero quedan casi 100 días para seguir planificando.

4 comentarios:

AYE dijo...

Espero el post en el que proyectes sobre la profesión de la niña Gabriela...

Besos!

Joel Kotlar dijo...

Había pensado en incluir el tema en este post, pero decididamente es un tema para tratar aparte.

Shalena Mitcher dijo...

No sé si la onda es opinar, pero los aros de clip son un bajón. Digo. Yo le imprimiría tranca el dolor en las orejas, total..va a estar recién llegada al mundo y eso ya es bastante jodido, qué más da. Con lo de las vacunas sí coincido, ves.
Aclaro, por las, que soy de atlanta de corazón.

marce / lechu dijo...

¿Casualidad? Atlanta empieza con A y Chacarita, con C.
Si el debut de la niña fue con un 3-0 a favor está claro que ella es cábala. Por las dudas habría que hacérselo saber a la madre. Por las dudas que no crea en este tipo de cuestiones ciéntificas-futboleras.

abrazo