miércoles, 14 de enero de 2009

El matrimonio, en 20 sencillos pasos


No sé en qué carajo piensa el que dice "este partido es un trámite", como metáfora de que va a ser algo fácil. "Hoy jugamos de locales contra Armenio: un trámite, los pasamos por arriba". Si alguna vez dijiste eso, no hiciste muchos trámites. Y no sos de Atlanta, equipo para el cual puede tornarse muy complicado hasta un partido contra los veteranos de Vietnam.

¿Fuiste alguna vez a renovar la cédula? Yo fui con una muela de juicio molestándome y te aseguro que fue uno de los días más largos de mi vida. ¿Fuiste a renovar el pasaporte? Yo resolví no ir pese a que lo tengo vencido. ¿Fuiste a pedir turno para casarte? Pensalo bien...

Casarte puede ser un quilombo, y no por el deterioro que ocurre en muchas parejas con el paso del tiempo. Ese es otro tema, como diría Santo Biasatti.

El trámite es así. Tomá nota por si pensás hacerlo:

1. Averiguas cuál es el Registro Civil correspondiente a tu domicilio.

2. Vas al Registro Civil 28 días antes de la fecha en la que querés casarte.

3. Te dicen que ese Registro Civil ya no es más Registro Civil, ahora es CGP. Te mandan al Registro Civil que sí es Registro Civil.

4. Preguntás qué colectivo te lleva y lo tomás. Si no habías llevado monedas suficientes, hay un paso 4 bis, que es ir a un banco o a un kiosco y conseguir monedas.

5. Hacés la cola en informes.

6. Después de 20 minutos o media hora, te dan un número y te mandan a un box.

7. En el box llaman para pedir turnos de matrimonios y para inscribir a recién nacidos. Cuando sos el próximo que tienen que llamar para matrimonios, empiezan a llamar sólo para los nacimientos.

8. Alguien que está para matrimonios 3 ó 4 números después que vos va a preguntar qué pasa.

9. Te llaman y te explican lo que tenés que hacer.

10. Como querés hacer el civil en la fiesta, preguntás cómo se hace lo de la entrega de libreta a domicilio. Te dicen que eso sólo se hace en el Registro central, en la calle Uruguay.

11. Al día siguiente, te levantás tempranito y vas al Registro de Uruguay.

12. Creés que es igual que el otro y hacés una cola en informes, bastante más larga que la del día anterior.

13. Después de 40 minutos, te atienden y te dicen que tenés que ir directo al primero piso, donde atienden los matrimonios. No te dan número y te podrías haber ahorrado esa cola

14. Vas a donde te mandaron. Ahí sí sacás número. Esperas 40 minutos y te vas porque tenías hora con el médico. Pensás "vuelvo mañana".

15. Volvés al día siguiente, tempranito, nuevamente. Ahora vas directo al primer piso, lo tenés todo claro. Esperás 15 minutos y te atienden. Te dicen que no se hace ahí el trámite, que tenés que ir a la dirección operativa, en el segundo piso. Todo lo del día anterior y estos 15 minutos podrías habértelos salteado pero... ¿cómo saberlo?

16. Vas a la dirección operativa. No hay gente esperando, pero tenés que esperar igual porque te dicen que no está la persona encargada de ese trámite.

17. Llega la persona encargada. Te atiende, te toma los datos, y te manda al sexto piso, contabilidad, a pagar.

18. Subís al sexto piso, preguntás dónde es contabilidad. Te dicen que es del otro lado del pasillo, pero que no podés pasar porque está en obra. Tenés que bajar hasta el cuarto y subir del otro lado.

19. Bajás y subís. Buscás contabilidad. No la encontrás. Desde una ventana, una mujer te pregunta qué necesitás. Te dice que ella es de contabilidad, que ahora te atiende.

20. Le pagás a la mujer, que te carga y te dice "¿te vas a casar? ¿estás seguro?". "Y, si pasé por todo esto, tengo que estar seguro", le contestás.



Todavía falta el análisis prenupcial y el regreso al Registro Civil inicial para presentar el prenupcial, la solicitud de matrimonio, los documentos de los testigos y otros papeles que te dieron. Ah, y al final el casamiento. Una pavada. Un trámite...

viernes, 2 de enero de 2009

Las fiestas en lo de mamá


Mamá se pone nerviosa cuando organiza una reunión. O cuando la organizan sus hijos, que son una extensión de ella. Pero bueno, en su casa es peor. Todo tiene que ser perfecto, y cada uno de los invitados debe pasarlo bien. Paradójicamente, yo la paso mal cuando veo a mi madre ponerse así de nerviosa. Y creo que lo sabe, pero no parece que pueda hacer nada al respecto.


Ella nunca está más de 2 minutos sentada junto al resto. A cada instante debe levantarse para buscar la bebida que falta, la comida que se calentó, la servilleta imprescindible. Si hay diferentes cosas para picar, recita en voz alta qué hay en cada uno de los 15 platos, y cada 20 ó 30 segundos consulta si falta algo.


La comida siempre sobra. Si algún día llegara a quedarse corta, creo que se encerraría a llorar en el baño, y después llamaría al delivery encargando 100 empanadas.


Yo intento ser exactamente al revés, lo cuál no es necesariamente bueno. Tampoco quiere decir que invito gente y los trato como en la Pizzería "Los Hijos de Puta" (Donovan y Camino Gral. Chamizo, Gerli). Pero intento no hacerme malasangre, y si llega a faltar algo, mala suerte, pero estamos entre gente grande.


La ecuación es simple: si la voy a pasar mal, no hago nada. Si hago algo, la paso bien yo también, y si se acaba el agua con gas, podés tomar sin gas. Y si la próxima vez no querés venir, hacete un mechón.


Los que van a venir el 31 de enero, prepárense.