viernes, 14 de noviembre de 2008

No sueño con serpientes, pero preferiría


Estoy en el trabajo, o un lugar parecido, pero que en el sueño es el trabajo. Acomodando papeles, me corto un dedo con una hoja. Algo que me pasó varias veces, pero acá es distinto. Me corté el dedo de lado a lado. No tiene hueso. Es como una salchicha. Es el mayor de la mano izquierda, casi seguro. No siento dolor, no hay sangre, pero me impresiona tener el dedo cortado. Me lo sostengo con la mano derecha para mantenerlo donde debería estar.


Parto rápidamente hacia alguna guardia hospitalaria. No sé en qué, pero llegué. Hay espera. Yo sigo sosteniendo mi dedo. De repente, en la espera estoy con mi madre. Nos vamos a comer algo en un restaurant del sanatorio mientras esperamos. No sé cómo hago para comer sosteniendo el dedo. No me pregunten.


Vuelvo a la guardia antes de terminar el almuerzo. Me atiende una doctora que me dice que no me preocupe, que me lo van a arreglar. Que vaya y termine de comer. Y me da 100 pesos para cubrir el almuerzo. Le digo que me sale 34 y le doy el vuelto. No sé cómo, porque supuestamente nunca separaba el dedo de la mano izquierda. Le di 56 pesos de vuelto. A las 2 horas de despertarme, y después de repasar varias veces el sueño, me di cuenta de que le robé 10 mangos.


Además, recuerdo que me preguntó qué había pedido. Era una milanesa con puré, y ella me hace una broma, conocedora del restaurant del hospital, como que seguramente me habían servido más puré que milanesa. Y yo le digo "sí, 34 pesos de puré". Insólito diálogo. Sobre todo teniendo un dedo cortado. Y también me suena algo así como que el dedo me lo iba a pegar con "La Gotita".


Me levanté repitiendo a cada rato el gesto de sostenerme el dedo con la mano derecha. Acepto interpretaciones. Yo tengo las mías. Que el trabajo me parte al medio, que tengo un montón de asuntos por la mitad... Y también algunas conclusiones: que no sé nada de anatomía, que mirar para otro lado en las partes sangrientas de las películas no está mal para no tener sueños tan impresionantes y que en el fondo soy un chorro que le afana 10 pesos a alguien que le paga una comida.

3 comentarios:

AYE dijo...

Che, todo esto no será por el casamiento, no?

Anónimo dijo...

No sé si será por el casamiento o no, pero que hay temor a la castración, seguro (palabra de mi psicóloga, eh).
Yo, que sueño con serpientes, demás alimañas, escenas inenarrables y que, además, tengo pesadillas que harían empalidecer a Edgar Allan Poe, con todo gusto intercambiaría sueños con este blogger cuando guste.

Joel Kotlar dijo...

Mi psicóloga ratifica lo de la castración, pero reclama los 10 pesos con los que me quedé en el sueño para interpretarlo.