miércoles, 18 de septiembre de 2013

Edesur, vos y el que te pone...

Esto es lo que pasa con la electricidad en mi departamento. Cuando la temperatura supera los 30 grados o baja a menos de 5, me quedo sin luz. Empieza en alguna fase del edificio, pero con las horas el corte va ganando terreno como en el cuento "Casa Tomada", de Cortázar, y ya todo queda a oscuras. Es así de simple: el edificio, la zona, el barrio, la ciudad, algo de todo eso, no está en condiciones de soportar la demanda excesiva de aires acondicionados y/o estufas eléctricas.

¿Qué queda por hacer? Edesur toma un número de reclamo, pero después, para lograr una indemnización por tener que tirar todo el contenido de la heladera o por si se quemó algún artefacto eléctrico, hay que acudir a la Corte Suprema de la Nación o al Tribunal de Nüremberg.

¿Me compro un grupo electrógeno? ¿Tengo que ver el pronóstico del clima antes de hacer una compra grande de lácteos? ¿Reparte Edesur una tabla de tiempos que diga cuándo debo desechar mi comida de acuerdo a la duración del corte y cuando puedo conservarla sin arriesgarme yo y mi familia a una intoxicación?

En la vida, en general, trato de ser positivo. Hasta voy a la cancha a ver a Atlanta pensando que puede ganar. Sin embargo, el temor a un verano caluroso y con cortes permanentes no me deja muy tranquilo.

De todas maneras, no quiero terminar sin agradecer a Edesur y a los responsables de controlarla porque mi hija está perdiendo el miedo a la oscuridad. 

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