miércoles, 25 de marzo de 2009

Una vuelta que vale más que la olímpica


Se sabe que el interés del hincha de fútbol es geométrico. Esto es, por cada equipo que le simpatiza, hay uno o dos a los que quiere ver derrotados y humillados. Cualquier fanático de River dudaría si tiene que optar entre tres Copas Intercontinentales para su club y un descenso oprobioso para el odiado Boca. Lo quiero ver a ese Salomón que dijo "la mitad del pibe para cada una, y los menudos los venden en la carnicería" ante una disyuntiva semejante.

Desafortunadamente, los hinchas no decidimos nada, y simplemente nos ponemos de buen o de mal humor por lo que otros resuelven dentro de la cancha. Y cuando sos hincha de Atlanta, en general gana la segunda opción (o sea, el mal humor, por si no te diste cuenta). Pero siempre puede haber una excepción.

La semana futbolística había arrancado muy bien el jueves, con el sufrido triunfo de Instituto frente a Chacarita, que empieza a complicar la chance de ascenso a Primera del equipo de San Martín. El sábado, Atlanta le ganó a Morón como visitante, y enseguida perdió All Boys con Atlético Tucumán, y volvió a complicarse con el descenso. Un hincha bohemio no puede pedir mucho más, al menos en el curso de dos días.

Sin embargo, todo esto no fue más que el prólogo perfecto para la gran noticia del miércoles 25 de marzo. Después de más de 3 años de jugar como local en Platense, en Comunicaciones, en Excursionistas, en Ferro, en Caseros, en Huracán y en el Giuseppe Meazza (tachar lo que no corresponda), Atlanta volverá a ser local en Villa Crespo, el domingo a las 16:10, frente a Español.

La cancha en la que vi a Cristian Castillo quedar 243 veces en posición adelantada, en la que se gritó por la voz del estadio "maten al referí, maten a ese hijo de puta", en la cual temía caerme entre 2 tablones cuando era chico. Pero también en la que Fabián "Pepe" Castro puso la bola mil veces abajo de la suela, en la que me metí para dar la vuelta olímpica en 1995, en la que cantó Serrat luego de decir "Bienvenidos al estadio de un equipo campeón". La que queda a 15 cuadras de donde vivo. Mi casa como hincha de fútbol. Creáse o no, estoy feliz de ser de Atlanta. Ya se me va a pasar.

5 comentarios:

Jota dijo...

casi que lograste que me emocione, eh
pero casi, no lo lograste

felicitaciones por el logro, pero no seas tan turro: no te metas con el Albo que se pudre todo

Anónimo dijo...

¡Qué maravilla que los hombres tengan la posibilidad de sentir así! No sé si exista algo similar para nosotras; lo dudo. Se lee tanta emoción, tanto amor, genuino y desinteresado, puro como hay pocos en la vida, amor instintivo, salvaje, violento y tierno al mismo tiempo, esa famosa "pasión" de la que tantos hablan, con y sin propiedad... Mucho más de lo que una mujer logra sentir por un hombre en más de una ocasión. Se ve que tu equipo y su cancha son tu casa, pero en la acepción de hogar. Que siempre sea así y que ninguna mujer se atreva a profanar ese amor sagrado. ¡Aguante Atlanta, carajo!

AYE dijo...

teYo conozco a un solo jugador de Atlanta (si es que sigue ahí, claro): Lucas Ferreiro. Es re lindo! Ah, y una vez viajé con él en el 24. Es re lindo!

Joel Kotlar dijo...

Lucas Ferreiro sigue en Atlanta, y la semana pasada lo vi en el 71, llegando al club. Debe vivir por el Once. En el último partido no fue convocado por el DT, pero hay un grupo de Facebook pidiendo que el domingo sea el capitán. Es un símbolo de lo que queda del club. Y no sé si es re-lindo, a mí me hace acordar a Elijah Wood.

Anónimo dijo...

Con todo respeto, Lucas Ferreiro -a quien le tengo mucho cariño- a mí me hace acordar a Forrest Gump. Y no sólo por su velocidad. Gracias por el emotivo post.